Treinta y
ocho vecinos de Kitty Genovese fueron testigos de su asesinato enfrente de su
apartamento y, sin embargo, todos optaron por no hacer nada para rescatarla.
¿Por qué se observó tanta apatía, indiferencia y falta de preocupación en todos
los vecinos de Kitty Genovese?
Este hecho
real motivo el clásico experimento, realizado por John Darley y Bibb Latané en
1964, denominado el efecto “Indiferencia del espectador”.
Para esta
investigación, contactaron estudiantes universitarios y les comunicaron que
participarían en una discusión con cinco personas sobre problemas personales.
Cada participante estaría aislado en una habitación, sin poder observar a sus
interlocutores, pero se escucharían unos a otros alternativamente; apagando los
micrófonos de quienes no tuviesen el turno de hablar. Cada estudiante
conversaría con uno o varios "participantes", que en realidad eran
sólo voces grabadas. En algún punto de la conversación, una de las voces
grabadas correspondería a un estudiante teniendo una crisis epiléptica. El
objetivo era medir cuánto tiempo tomaba al participante real reaccionar y pedir
ayuda.
Los
resultados fueron alarmantes. Cuando en la "conversación" sólo estuvo
presente el sujeto estudiado y la víctima de convulsiones, el 85% de los
participantes respondió antes de que terminara la grabación. Cuando estaban
involucradas 2 personas y la víctima, el 62% respondió con celeridad; mientras
que cuando el experimento involucraba a 6 individuos sólo el 31% de los
individuos buscó ayuda para atender la emergencia. Este experimento científico
demostró que, ante una posible emergencia, las personas son mucho más propensas
a intervenir si están solas que si hay otras personas presentes.
Hay dos
factores principales que contribuyen al efecto espectador. Primero, la
presencia de otras personas crea una "difusión de responsabilidad."
Debido a que hay otros observadores, los individuos no sienten tanta presión
para actuar, ya que se piensa que los demás se ocuparán de la situación, creen
que otros están más capacitados para ayudar o simplemente no reconocen la
emergencia porque otros no parecen estar alarmados. La segunda razón es la necesidad de
comportarse de manera correcta y socialmente aceptable. Cuando otros
observadores no reaccionan, los individuos a menudo toman esto como una señal
de que “todo está bien” y una respuesta no es necesaria, no es apropiada o podría
ser percibida como ridícula o exagerada.
Pequeños
cambios en el contexto (el número de personas, por ejemplo) pueden tener un
efecto significativo en el comportamiento de una persona. Sin embargo, las
personas en medio de estas situaciones tienden a no reconocer la influencia del
contexto.
No comments:
Post a Comment