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Friday, April 11, 2025

Emprendimientos: Crear Valor más que Productos

Hay un principio fundamental que trasciende el desarrollo de productos: la creación y entrega de valor intrínseco. Si bien el lanzamiento de un producto o servicio novedoso es atractivo, el éxito sostenible del emprendedor depende de una comprensión profunda de lo que realmente significa el valor desde la perspectiva del cliente. Muy a menudo, los startups se obsesionan con las características tangibles de sus ofertas, descuidando inadvertidamente la pregunta más crítica: “¿Esta solución realmente responde a una necesidad real del mercado?” Una mentalidad excesivamente centrada en el producto suele conducir al desarrollo de soluciones técnicamente sofisticadas que, a pesar de su innovación, no logran conectar con su audiencia objetivo. ¿Por qué?

La trampa del valor: mejorar en lugar de innovar - Un obstáculo común para la innovación emprendedora es la tendencia de simplemente replicar o mejorar ligeramente las soluciones existentes en el mercado. Este enfoque suele conducir a avances incrementales, no a innovaciones disruptivas. Tomemos como ejemplo los primeros teléfonos inteligentes. Al principio, muchas empresas se enfocaron en replicar las funciones tradicionales de telefonía y aplicarlas a dispositivos con pantalla táctil. Al hacerlo, pasaron por alto la oportunidad de una innovación transformadora—como el internet móvil, los ecosistemas de apps y la conectividad social, que  al final fueron aprovechados por compañías como BlackBerry y Apple.

¿Qué es realmente el emprendimiento? - El emprendimiento suele definirse como “empezar un negocio”. Pero esa definición es limitada—y obsoleta. El verdadero emprendimiento es un proceso: un camino para identificar problemas del mundo real, crear soluciones mediante productos o servicios, y capturar valor del mercado al resolver los puntos de dolor del cliente. Piensa en el emprendimiento como un proceso para crear valor identificando y resolviendo un problema, entrega valor al mercado a través de un producto o servicio eficaz, y capturar valor del mercado mediante ingresos, lealtad o reconocimiento de marca. Por ejemplo: Uber no inventó los autos ni los conductores. Lo que hizo fue identificar un gran punto de dolor del cliente—los taxis lentos e impredecibles—y resolvió el problema con un sistema de transporte basado en una app. Las personas no pagaban por el viaje; pagaban por la rapidez, conveniencia y confiabilidad.

Los productos son solo vehículos: El verdadero negocio es el valor - Seamos claros: tu producto no es el protagonista. Es solo el vehículo. Lo que realmente importa es el valor que las personas perciben y experimentan. Esta perspectiva desafía la forma tradicional de pensar. Muchos emprendedores se obsesionan con las características, la tecnología y el diseño—pero a los clientes no les importa eso a menos que genere un valor real y significativo.

Los clientes valoran soluciones, no solo productos - Las personas no compran un taladro porque quieren un taladro. Lo compran porque quieren un agujero en la pared. Slack (una aplicación de comunicación y colaboración) tuvo éxito no solo por su interfaz elegante, sino porque resolvió el caos de la comunicación en el lugar de trabajo. Redujo la sobrecarga de correos electrónicos, centralizó las conversaciones del equipo y mejoró la productividad. Si tu producto no mejora la vida de alguien—ya sea haciéndola más fácil, rápida, eficiente o placentera—no importará lo “genial” que se vea.

Valor es lo que percibe el cliente - ¿Por qué las personas eligen una marca sobre otra? Puede ser por el precio, la calidad, el diseño, la conveniencia, la reputación o una conexión emocional—todas estas son formas de valor percibido. Apple, por ejemplo, cobra un precio premium por sus iPhones no porque sean radicalmente superiores (aunque son excelentes), sino porque la gente percibe valor en su diseño, estatus, confiabilidad e integración del ecosistema. Como emprendedor, tu tarea no es solo construir algo funcional. Tu misión es entender qué valoran realmente tus clientes—y entregar exactamente eso.

Emprender es descubrir “qué es valioso” para el cliente - Tu negocio comienza con una comprensión profunda de lo que realmente les importa a las personas—no solo lo que dicen que quieren, sino lo que necesitan resolver o mejorar en sus vidas. Airbnb no se limitó a alquilar habitaciones, sino que re imaginó los viajes al ofrecer experiencias auténticas, accesibles y locales. Esa nueva comprensión del valor abrió un mercado completamente nuevo.

La trampa de enfocarse demasiado en el producto – Este es un error común: un startup pasa meses—o incluso años—construyendo un producto técnicamente perfecto. Se obsesionan con las características, la tecnología y el diseño. Pero cuando lo lanzan—nadie se interesa. ¿Por qué? Porque construyeron un producto, no una solución. Muchos fundadores creen que innovar significa añadir más funciones o simplemente reducir el costo. Pero si esas funciones o, incluso, un precio más bajo no resuelve el problema real del cliente, eso no es innovación—es en realidad desperdicio. Los gimnasios tradicionales ofrecían membresías y máquinas. Luego llegó Pelotón, que revolucionó la experiencia de del ejercicio enfocándose en conveniencia, motivación y el desarrollo de una comunidad de usuarios. No vendieron solo una bicicleta—vendieron una experiencia. Si el emprendedor se concentra demasiado en perfeccionar el producto sin replantear el problema o la perspectiva del cliente, corre el riesgo de perder la oportunidad de crear valor real.

Cambia el enfoque: concéntrate en el valor, no en el producto - Entonces, ¿qué pasa cuando cambias el enfoque? En lugar de preguntarte: “¿Qué producto debo construir?”, pregúntate: “¿Qué problema puedo resolver de una forma nueva y valiosa?” Esta mentalidad ayuda a buscar nuevas formas de entender la realidad del mercado, a descubrir segmentos de clientes no explorados y encontrar nuevas formas de abordar problemas existentes. Veamos dos ejemplos destacados: Netflix comenzó como un servicio de alquiler de DVDs por correo—ya una mejora respecto a Blockbuster. Pero al preguntarse, “¿Cuál es el valor que la gente está buscando?”, se dieron cuenta de que era el entretenimiento por demanda, en lugar de los programas en horarios fijos. Esa visión llevó al servicio de streaming, lo que transformó completamente la industria. Otro ejemplo es Warby Parker, una marca estadounidense de lentes, que percibió cuán frustrante y caro era comprar anteojos. ¿Su solución? Un modelo directo al consumidor con monturas elegantes, asequibles y pruebas a domicilio gratuitas. No solo vendieron lentes—ofrecieron conveniencia, accesibilidad y estilo, todo centrado en el valor del cliente.

Los grandes negocios no comienzan con una idea de producto—comienzan con un profundo deseo de resolver un problema que realmente importa a las personas. Así que, antes de crear un producto o servicio, observa y habla con tus clientes potenciales para entender sus dificultades. El objetivo es siempre descubrir qué es lo que más valoran, porque cuando el emprendimiento se construye alrededor de lo que la gente valora, todo lo demás—producto, marca, marketing, crecimiento—encajará de forma natural.