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Thursday, January 2, 2025

La Neurociencia del Fracaso: Cómo Liberar el Potencial

El éxito y el fracaso son partes integrales de la vida, pero nuestra comprensión de su rol en el crecimiento personal y profesional a menudo es incompleta. Por lo general, admiramos a las personas exitosas, sólo a partir de sus triunfos, ignorando los errores y las dificultades en el camino al éxito. El experimento del psicólogo Jason Moser, de la Universidad de Michigan (USA), acerca de cómo reacciona el cerebro cuando las personas cometen errores, ofrece pautas importantes para entender la dinámica del éxito y el fracaso. En efecto, los hallazgos de su investigación muestran cómo nuestro cerebro procesa los errores y cómo las personas pueden utilizar el fracaso para mejorar o justificarse a sí mismos.

En su experimento Moser pidió a sus participantes realizar tareas que requerían concentración y precisión. Por ejemplo, les pidió que se concentraran en identificar letras o colores específicos en una pantalla tratando de ignorar cualquier tipo de distracción. Sin embargo, debido a la complejidad y velocidad de las tareas, los errores eran inevitables. Paralelamente, Moser y su equipo registraron la actividad cerebral de los participantes durante el experimento, centrándose en la respuesta del cerebro cuando los participantes cometían un error. La investigación de Moser identificó dos señales cerebrales críticas que se activan ante los errores:

  • Negatividad relacionada con el error (ERN): esta es un tipo de respuesta automática que ocurre milisegundos después de que se comete un error, esta respuesta refleja el reconocimiento inmediato del error por parte del cerebro. De hecho, la señal ERN es una reacción subconsciente que muestra que nuestro cerebro está programado para detectar el error cuando algo sale mal.
  • Positividad relacionada con el error (Pe): esta señal es más lenta y surge cuando las personas reconocen conscientemente su error. Este tipo de señal indica que el cerebro está procesando activamente el error, lo cual refleja conciencia y compromiso con el problema.Moser descubrió que las personas que exhibían señales más fuertes de positividad relacionada con el error (Pe), tenían más probabilidades de mejorar su desempeño en las siguientes tareas. 
El experimento de Moser proporciona lecciones valiosas sobre el éxito y el fracaso, entre otras:

Los errores son oportunidades de aprendizaje: el estudio de Moser destaca la importancia de ver los errores como oportunidades de crecimiento. Cuando el cerebro reconoce y procesa los errores, crea una base para la mejora. Por ejemplo, los estudiantes que  dedican tiempo en revisar las respuestas incorrectas en un examen, tratando activamente de entender por qué cometieron esos errores, tienen más probabilidades de tener un mejor desempeño en el futuro, en comparación con aquellos estudiantes que prefieren ignorar la situación o simplemente mirar a su alrededor para encontrar excusas o justificaciones.

La perseverancia mejora el aprendizaje: una de las conclusiones clave de la investigación de Moser es que la perseverancia (la capacidad de recuperarse del fracaso) es crucial para el éxito. Las personas que responden a los errores con determinación y concentración tienden a mejorar de manera constante. Este rasgo separa a las personas de alto rendimiento del resto. Thomas Edison célebremente dijo una vez: "No he fracasado. Simplemente he encontrado 10.000 formas que no funcionan". Su enfoque para inventar la bombilla demuestra el poder de abordar los errores. Cada intento fallido proporcionó información valiosa, que en última instancia condujo a una de las innovaciones más transformadoras de la historia.

El valor de una mente abierta al crecimiento: los hallazgos de Moser se alinean estrechamente con el concepto de mentalidad de crecimiento de Carol Dweck: la creencia de que las habilidades se pueden desarrollar a través del esfuerzo. Las personas con una mentalidad de crecimiento ven los fracasos como contratiempos temporales en lugar de limitaciones permanentes. Esta perspectiva los anima a aceptar los errores y a perseverar en sus esfuerzos. Por ejemplo, un artista que practica compleja pieza musical está expuesto a cometer muchos errores al principio. Sin embargo, con una mentalidad de crecimiento, el artista puede ver cada error como parte del proceso de aprendizaje y, finalmente, dominar la pieza mediante la persistencia y la práctica deliberada.

Superar el perfeccionismo: la investigación de Moser desafía la noción de perfección. Los perfeccionistas a menudo temen a los errores, lo cual obstaculiza su voluntad de asumir riesgos. Al comprender que los errores son una parte natural del proceso de aprendizaje, las personas pueden superar la parálisis del perfeccionismo y lograr éxitos mayores. Los emprendedores a menudo se enfrentan a fracasos, desde el inicio del proceso de diseño y lanzamiento de productos y servicios en el mercado. Sólo aquellos que aceptan estas experiencias como oportunidades de aprendizaje tienen más probabilidades de innovar y tener éxito a largo plazo.

A nivel personal, comprender cómo procesa el cerebro los errores puede inspirar a las personas a replantear su enfoque ante los desafíos. Las prácticas clave incluyen:

  • Hacer una reflexión consciente y con mente abierta sobre los errores y las lecciones aprendidas.
  • Practicar la atención plena para permanecer concentrado y ser persistente ante las situaciones adversas.
  • Establecer metas realistas y reconocer que el fracaso es parte del camino hacia el logro.

En un entorno organizacional, la investigación de Moser puede guiar a las personas y las organizaciones a aceptar el fracaso como un trampolín hacia el éxito. Los pasos prácticos incluyen:

  • Animar a los empleados a asumir riesgos calculados e innovar sin miedo al fracaso.
  • Analizar los errores para identificar áreas de mejora e implementar soluciones.
  • Reconocer la perseverancia y compromiso de los empleados ante los contratiempos internos y externos

El experimento de Jason Moser destaca una verdad esencial: el éxito no es la ausencia de fracasos, sino la capacidad de aprender de los errores y persistir a pesar de ellos. Al comprender cómo reacciona el cerebro a los errores y adoptar estrategias para abordarlos, las personas pueden liberar todo su potencial. Así, aceptar el fracaso como una parte natural y necesaria del camino puede allanar el camino hacia logros extraordinarios.