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Tuesday, October 1, 2019

¿QUÉ PUEDE ENSEÑAR LA FORMULA 1 A UNA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS?


En las carreras de Fórmula Uno, el equipo de parada en boxes completa la compleja tarea de cambiar neumáticos y reabastecer el combustible del coche en aproximadamente siete segundos (el equipo de Red Bull hizo historia al detener el reloj en solo1.91 segundos en julio de 2019, mira aqui el video). 

La pregunta es ¿Qué tan parecido puede ser esto al esfuerzo del equipo de cirujanos, anestesistas y personal de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) para transferir al paciente, el equipo y la información de manera segura y rápida de la sala de operaciones a la UCI?

A mediados de la década de 1990, en Bristol, Inglaterra, una polémica investigación pública reveló una mortalidad muy alta en cirugías de enfermedad cardíaca congénita. Uno de los hallazgos más importantes fue que el viaje desde la sala de operaciones a la unidad de cuidados intensivos (UCI) era de muy alto riesgo. En un hospital pediátrico muchas cosas pueden salir mal, especialmente cuando un bebé recién operado es transferido de la cirugía a la UCI. Mover el pequeño cuerpo de una cama a otra es solo una parte del complejo conjunto de movimientos que deben tener lugar. Los cables, el equipo, médicos, enfermeras, paciente e incluso la información deben moverse precisa y coordinadamente ya que un simple descuido u omisión puede poner al paciente en peligro mortal.

El personal del Great Ormond Street Hospital for Children (GOSH), consciente de los peligros en los procedimientos de traslado de los pacientes de la sala de operaciones a la UCI, empezó a buscar soluciones al problema activamente. Esta situación motivó al Dr. Marc de Leval, médico del hospital y profesor de la universidad de Londres, a preguntarse si factores relacionados con el personal, como el agotamiento físico/mental o los factores relacionados con el paciente, como la posición de las arterias coronarias, podrían ser la causa de los errores. Durante un periodo de dos años, De Leval revisó los procedimientos en cirugías de enfermedad cardiaca congénita en Inglaterra, adicionalmente y con apoyo de un psicólogo observó sistemáticamente las cirugías cardiacas que se desarrollaban en el hospital. Una vez más, quedo demostrado que el viaje desde la sala de operaciones a la UCI era el factor de más alto riesgo.

La solución al problema vino de una manera inesperada. La idea nació cuando dos médicos cansados, Alan Goldman y Martin Elliot, se sentaron para relajarse después de una larga jornada de cirugías. Martin Elliot, profesor de servicios cardiotorácicos, recuerda "Había hecho un trasplante, luego un cambio arterial por la mañana y ambos estábamos bastante exhaustos. La televisión comenzó a transmitir una carrera de fórmula uno justo cuando estábamos ahí sentados. Casi de inmediato nos dimos cuenta de que el concepto de parada en boxes donde cambian neumáticos y reabastecen de combustible era bastante idéntica a lo que hacemos durante el traslado del paciente de cirugía a la UCI. Inmediatamente contactamos al equipo de la Ferrari" dice.

Viendo como los equipos de apoyo trabajan en las carreras de fórmula uno, los dos médicos reconocieron de inmediato la importancia del trabajo en equipo para transformar una operación de parada en boxes -en esencia- altamente riesgosa en una que fuera segura y rápida: se preguntaron "Si ellos pueden hacerlo, ¿por qué no nosotros?" Los médicos del GOSH visitaron y observaron el trabajo del equipo de boxes de la Ferrari en Italia, pronto descubrieron el valor de la precisión, coordinación, comunicación y distribución de tareas durante todo el proceso.

Después de su viaje, el equipo de GOSH grabó en video el traslado de los pacientes de la cirugía a la UCI y la envió para que el equipo de Fórmula uno lo revisara. Del análisis y la discusión posterior surgió un nuevo protocolo con procedimientos más sofisticados y un trabajo en equipo mucho más eficiente. Los investigadores del GOSH también notaron la importancia del papel del “lollipop man” (el hombre del letrero) que guía al conductor del coche y coordina la parada en boxes. Bajo el nuevo proceso de traslado del paciente, el anestesista recibió la responsabilidad general de coordinar el equipo hasta que fuera transferido al médico intensivista al finalizar la entrega.

Los mismos médicos asumieron la responsabilidad de revisar y evaluar periódicamente el procedimiento, estableciendo estrictos controles de seguridad durante el proceso. Casi de inmediato, los resultados mostraron que el nuevo procedimiento de traslado redujo considerablemente los errores técnicos y de comunicación: el número de errores durante el traslado bajo del 30 % a solo 10 %.

Más tarde, un equipo de investigadores observó y analizó el desempeño del equipo: liderazgo y trabajo en equipo; coordinación y distribución de las tareas; precisión y velocidad en la ejecución de tareas, entre otras cosas. Al margen de las evidentes mejoras en el proceso, el equipo de investigadores describió como “muy interesante” la reacción del personal con relación al éxito en el aprendizaje: "La gente no reaccionó a la mejora en el procedimiento diciendo 'Esto es genial, no necesitamos hacer nada más'. Por el contrario, lo que dijeron fue: 'Esto es genial, pero podemos hacerlo aún mejor'", dice el Dr. KR Catchpole uno de los investigadores y coautor de "Transferencia de pacientes de cirugía a cuidados intensivos: uso de modelos de Fórmula 1 y de aviación para mejorar la seguridad y la calidad"

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